La segunda etapa de la estrategia integral de seguridad se denominó Golpe de Timón, consistió en un proceso de colaboración transversal en zonas afectadas por el robo de hidrocarburo. Implicó un compromiso permanente que combinó acciones de planeación, articulación y coordinación operativa con las enfocadas a la reconstrucción del tejido social y de desarrollo humano. Este esfuerzo culminó con la detención del líder delictivo local, así como personas claves de la organización.