Los cuerpos de agua que tenemos en la entidad son fundamentales para el ciclo hidrológico, especialmente en condiciones de cambio climático. Además, en ellos se desarrollan actividades productivas como la agricultura, ganadería, pesca y de turismo. La Laguna de Yuriria es uno de ellos. De manera permanente se realizan trabajos de control de lirio acuático, interviniendo superficies desde 400 hasta más de 900 hectáreas anualmente, favoreciendo con ello la conservación del embalse y el bienestar de las familias que dependen de las actividades productivas que se desarrollan en la misma.