Hoy, al mirar al Teatro Juárez, vemos no solo un edificio restaurado, sino un símbolo de nuestra identidad y un testimonio de nuestro compromiso con la preservación cultural. Este proyecto emblema del actual gobierno, ha revitalizado un lugar donde la creatividad, la expresión y la emoción se encuentran. Cada paso de este proceso fue guiado por el respeto a su historia.