La Policía Canina Estatal, K9, representa un esfuerzo centrado en dotar a las fuerzas de seguridad de una herramienta invaluable: su capacidad olfativa y de detección. Altamente entrenados y especializados se han convertido en una fuerza fundamental para combatir el crimen en diferentes frentes. Su impacto positivo es visible en la reducción de actos delictivos en diversas áreas.